jueves, 28 de abril de 2011

El derecho de soñar...


EDUARDO GALEANO

Uno de mis escritores favoritos EDUARDO GALEANO.
 Ya anteriormente puse este video, hoy me acordaba de esta belleza y la quiero compartir nuevamente con vosotros.





Vaya uno a saber cómo será el mundo más allá del año 2000. Tenemos una única certeza: si todavía estamos ahí, para entonces ya seremos gente del siglo pasado y, peor todavía, seremos gente del pasado milenio.

Sin embargo, aunque no podemos adivinar el mundo que será,

bien podemos imaginar el que queremos que sea. El derecho de soñar no figura entre los treinta derechos humanos que las Naciones Unidas proclamaron a fines de 1948. Pero si no fuera por él, y por las aguas que da de beber, los demás derechos se morirían de sed.


Deliremos, pues, por un ratito. El mundo, que está patas arriba, se pondrá sobre sus pies:


En las calles, los automóviles serán pisados por los perros.

El aire estará limpio de los venenos de las máquinas, y no tendrá más contaminación que la que emana de los miedos humanos y de las humanas pasiones.

La gente no será manejada por el automóvil, ni será programada por la computadora, ni será comprada por el súper-mercado, ni será mirada por el televisor.

El televisor dejará de ser

el miembro más importante de la familia,

y será tratado como la plancha o el lavarropas.


La gente trabajará para vivir,

en lugar de vivir para trabajar.



En ningún país irán presos

los muchachos que se nieguen

a hacer el servicio militar,

sino los que quieran hacerlo.



Los economistas no llamarán

nivel de vida al nivel de consumo,

ni llamarán calidad de vida

a la cantidad de cosas.



Los cocineros no creerán

que a las langostas les encanta

que las hiervan vivas.


Los historiadores no creerán

que a los países les encanta

ser invadidos.


Los políticos no creerán que

a los pobres les encanta

comer promesas.


El mundo ya no estará en

guerra contra los pobres,

sino contra la pobreza, y la

industria militar no tendrá más

remedio que declararse

en quiebra por siempre jamás.


Nadie morirá de hambre, porque nadie

morirá de indigestión.


Los niños de la calle no serán

tratados como si fueran basura,

porque no habrá niños de la calle.


Los niños ricos no serán tratados

como si fueran dinero,

porque no habrá niños ricos.


La educación no será el privilegio

de quienes puedan pagarla.


La policía no será la maldición

de quienes no puedan comprarla.


La justicia y la libertad, hermanas

siamesas condenadas a vivir

separadas, volverán a juntarse, bien

pegaditas, espalda contra espalda.


Una mujer, negra, será

presidente de Brasil y otra mujer,

negra, será presidente de los

Estados Unidos de América.

Una mujer india gobernará

Guatemala y otra, Perú.



En Argentina, las locas

de Plaza de Mayo serán

un ejemplo de salud mental,

porque ellas se negaron a olvidar

en los tiempos de la amnesia

obligatoria.



La Santa Madre Iglesia corregirá

algunas erratas de las piedras

de Moisés. El sexto mandamiento

ordenará: "Festejarás el cuerpo".

El noveno, que desconfía

del deseo, lo declarará sagrado.



La Iglesia también dictará

un undécimo mandamiento,

que se le había olvidado al Señor:

"Amarás a la naturaleza,

de la que formas parte".



Todos los penitentes serán

celebrantes, y no habrá noche

que no sea vivida como si fuera

la última, ni día que no sea vivido

como si fuera el primero.

5 comentarios:

la MaLquEridA dijo...

Y quien sabe si estaremos vivos para ver esto.



Saludos Rich.

Carlobito dijo...

Mucha cosa, Eduardo Galeano es un genio, mi mami me lo presentó hace mucho tiempo, me leía sus libros... gracias por compartir tan lindo escrito.

Abrazo

ion-laos dijo...

Precioso video y preciosa música.

Quiero creer, pero por qué me suena tanto a utopía?

Gracias por seguir enseñándome.

Un besito.

LOLI dijo...

Me ha encantado!! Yo lo creo ,me lo imagino/hasta el perro atropellando al coche),lo veo y si lo creemos lo veremos.

UN BESAZO

ion-laos dijo...

Una de las cosas que me gustaría en un mundo nuevo, es que nadie se erigiera en juez y verdugo, escuchando una sola parte.

Buen finde, un beso.